martes, 6 de julio de 2010

Un instante

Qué pasare cuando en medio de una noche,
dentro de una oscuridad apenas atacada por el débil,
desganado rebote de la luna con su luz menguante,
tiemble el frío del silencio
con los pasos de esas dos personas que se acercan?

Qué pasare si las sombras de esos cuerpos
fueren cada vez mas cuerpo y menos sombra
y al tenerse a la distancia de sus ojos,
esa única distancia en que los ojos ya son todo el cuerpo
- donde no hay mas cuerpo que esos ojos -
se leyeran íntegros?

Que pasare si esos dos se reconocen,
sin siquiera conocerse?


Que pasare de repente si hasta el aire se disperse,
vuele el humo del escape de los autos a otro lado,
rompan en destellos los carteles luminosos,
suenen las sirenas de cuanto cuartel de bomberos esté alerta,
vaguen solas ambulancias, patrulleros,
rujan ásperas gargantas de otras gentes reclamando explicaciones donde no las hay,

…y esos ojos sigan ahí,
en el punto exacto donde el fin de una mirada es el principio de la otra.


Que pasare entonces si del fondo de sus ojos
les surgieran las respuestas,
no las tan cruciales, ninguna inexplicable.
Sólo dos o tres respuestas simples
que les den el mínimo respiro necesario
para hablarse y escucharse.
Y así al fin dejar que el tiempo les pregunte lo demás.
Sin querer anticiparlo.
Y que el humo, y los carteles, las sirenas y sus ambulancias
vuelvan a este mundo.
Y el mundo vuelva a ser, y ya no sea


Nadie nunca sabrá lo impredecible.
Si el presente es ésto que apenas empezó ya se termina
quizás nada haya que explicar.
La noche en que esos ojos fueron y volvieron
dormirá al cerrarse en su secreto.

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